Thursday, January 5, 2012

Memoria Histórica y Mural Destruido de Catedral de San Salvador


MEMORIA HISTÓRICA Y MURAL DE FERNANDO LLORT

                                                                                    Chencho Alas

Se tiene la idea de que la memoria histórica se refiere a hechos violentos registrados en un país debido a los crímenes de Estado, tal como ha sucedido en casi todos los países de nuestra América Latina. Su memoria se guarda en libros escritos por las diferentes comisiones de la verdad o en otros documentos. También se guarda en monumentos, algunos de los cuales fueron usados por los gobiernos dictatoriales para ejecutar a sus oponentes, tal es el caso de la Escuela de Mecánica de la Armada argentina en dónde la dictadura cometió los crímenes más horrendos en contra de la oposición. Se incluye también como centros de memoria histórica a algunos lugares dedicados al culto religioso.

Yo creo que reducir la memoria histórica a conmemorar desapariciones, centros de tortura, ejecuciones, robos de niños por parte de militares para adoptarlos después del asesinato de sus padres no llena la totalidad de su significado, lo restringe demasiado. Me parece que debe ampliarse dicho significado, enriquecerse, para que responda a la realidad que vive un pueblo que tiene derechos legítimos de que debe gozar cuya negación conduce a una situación de violencia.

Este es el caso del mural que adornaba la catedral de San Salvador, El Salvador, una de las obras más vistosas y simbólicas de Fernando Llort, quien “explicó que su obra fue dedicada a todos los salvadoreños que fueron nombrados por el papa Juan Pablo II "Artesanos de la paz" en 1983, o sea, los mártires de nuestro pueblo. El secretario de Cultura de la Presidencia, Héctor Samour, afirmó que el mural tenía “un significado histórico porque fue construido después de la época de la firma de los Acuerdos de Paz”. Samour espera “que se instale el mural tal como estaba, tiene que ser restituido de la forma como estaba".

Por lo tanto, el mural tenía “significado histórico” o lo que es lo mismo, era parte de la memoria histórica de nuestro pueblo. Si vemos una fotografía del mismo encontramos tres elementos fundamentales que constituyeron la razón del levantamiento de nuestro pueblo en armas después de haber exigido, de 1969 a 1980, al gobierno militar por medios pacíficos cambios fundamentales en la estructura económica de nuestro país.

En la parte superior los azulejos simbolizan mediante las casitas el derecho del pueblo a la seguridad. Un techo para cada familia es un derecho humano, significa protección de las inclemencias del tiempo y de ataques de ladrones o criminales, es un refugio y es un nido de amor. Los frutos del campo y el campesino y la campesina significan la seguridad alimentaria y el derecho a la tierra. Estos símbolos representan de manera muy bella con colores vivos, fruto de la naturaleza tropical, la razón por la cual nuestro pueblo tuvo que irse a la guerra después de ser masacrado incontables veces, cada vez que se manifestaba en las calles de nuestras ciudades o en el campo.

La seiba y las palomas simbolizaban la paz, fruto que se quería cosechar y la cruz la justicia sobre la cual se quería construir un pueblo nuevo, un El Salvador resucitado. La cruz no tiene razón en la fe cristiana sin la resurrección, el mensaje más poderoso que nos dio Jesús de la paz.

La destrucción del mural representa un duro golpe a la memoria histórica de El Salvador. La memoria histórica es parte esencial de la cultura de un pueblo, es el pasado que inspira y alimenta el presente y que abre la visión del futuro.





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