Thursday, December 20, 2012

ASESINATO DE VEINTE NIÑOS Y UN DILUVIO DE ORACIOINES


ASESINATO DE VEINTE NIÑOS Y UN DILUVIO DE ORACIONES

                                                                                    Chencho Alas

            El pasado 14 de Diciembre será recordado en la historia de los Estados Unidos como uno de los días más trágicos. Adam Lanza, un joven de 20 años de edad, vestido con uniforme negro y chaleco militar portando un fusil de asalto y dos pistolas, entró a la Escuela Primaria Sandy Cook de la ciudad de Newtown, estado de Connecticut, y mató a 26 personas entre ellas a 20 niños de cinco a diez años de edad. Antes de cometer esta masacre, Adam había matado a su madre quien era la dueña de las armas. El dolor y la angustia cubrió como un manto negro a la pequeña ciudad del noreste de los Estados Unidos. El último crimen cometido en esta zona había sido perpetrado diez años antes, lo que indica que Newtown era una ciudad que gozaba de mucha tranquilidad.

Adam, un joven introvertido, quien sufría de autismo, -incapacidad de interacción social, tendencia al aislamiento y estereotipias- era hijo de una pareja que se divorció el año 2009 quedando la madre al cuidado del joven. La misma madre sufría también de conductas poco normales, entre ellas, su amor enfermizo por las armas. Lo sucedido el pasado viernes es el fin de una triste historia que nos revela lo inútil que resulta para prevenir casos de aislamiento y alienación social cuando la familia no está unida, cuando los diferentes miembros de una familia no colaboran para darse apoyo entre si, sobre todo con los más débiles, aquellos que se encuentran en una situación de desventaja psicológica, física o ambas.

La reacción a nivel de Estados Unidos y de mayoría de países no se hizo esperar. Era normal. La masacre de 20 niños de cinco a diez años de edad impacta necesariamente a cualquier ser humano, sobre todo si se tiene en cuenta que esta es la mayor masacre de infantes registrada en la historia de este país. Una de las manifestaciones más continua ha sido la necesidad de orar, el volverse a la oración como medio de enlace con lo divino y con el recto orden en el cual estamos supuestos vivir. El llamado a la oración ha sido común para quienes se oponen al uso de armas como para los que están a su favor, lo que me lleva a preguntarme ¿cuál es el sentido y función de la oración?

La oración no es un simple sentimiento o emotivo movimiento del corazón o la conciencia a Dios para pedirle algo o ponerse en sus manos. La oración es una aventura y un compromiso. Implica en su misma esencia en algunos casos el agradecimiento y en otros el pedir perdón o la voluntad de cambio. En el caso que nos ocupa creo que la oración demanda de nosotros el pedir perdón y el compromiso de cambio. ¿Cambio de qué? Cambio de mentalidad, de actitud, respecto a las normas que rigen la producción, la compra y el uso de armas. El ciudadano de los Estados Unidos cree que tiene todo el derecho a poseer armas y hacer uso de ellas sin ninguna interferencia de leyes que le puedan poner barreras. Un arma de guerra, un rifle semiautomático, una pistola se encuentran en el mismo nivel respecto al derecho de su posesión y uso. Existen 3,500.000 de armas en los hogares de este país.

¿Tiene sentido recurrir a la oración cuando repetidamente se dan estas masacres en este país o en cualquier otro país? Me parece que no. La oración nos exige cambio y compromiso para ponerle paro a dicha violencia, para cambiar las leyes, para educar en valores y principios que protejan la vida, para no hacer de los asesinos héroes de películas, de juegos animados y de periódicos.

Mientras no se respete este compromiso, la oración es un simple babear o un velo que nos cubre la hipocresía de nuestros sentimientos, de nuestras emociones, de nuestra manera real de pensar. Cuando Barak Obama y su gente invoca a Dios en casos como este, ello supone la voluntad de cambiar las leyes que rigen a los Estados Unidos respecto a la fabricación, comercialización y uso de las armas. ¿Habrá cambios esta vez o se dejará para un mañana que no tiene fecha en los anales de la historia?



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