MIGRACIÓN Y EDUCACIÓN
Uno de los temas más candentes
de la política norteamericana es la migración que no solo afecta a Washington,
DC. sino sobre todo a quienes se encuentran en este país sin los papeles
migratorios. La elección del presidente Obama creó muchas esperanzas entre los
latinos de que el tema iba a ser abordado de manera integral y que iba a ser
resuelto.
La
verdad es que la administración de Obama ha registrado el mayor número de
deportados en la historia de este país llegando el año pasado a 393.000
personas y se calcula que este año el número va a subir. Las movilizaciones en
casi todas las ciudades exigiendo una política de respeto a los derechos
humanos en este campo han sido multitudinarias. La respuesta de algunos de los
estados ha sido drástica e inhumana sobre todo en Alabama y en Arizona en donde
el alguacil Arpaio ha logrado fama de hombre duro y hasta de torturador.
El
argumento que presentan los manifestantes es sencillo: somos honestos,
contribuimos con nuestro trabajo a la riqueza de este país, pagamos los
impuestos. Creo, sin embargo, que estos argumentos no le dan fuerza a la lucha
del latino, que no se ahonda suficientemente en el problema para buscarle una
solución que no se base en “pedir” un trato más humano y justo.
Según
las estadísticas, solamente un 3% de los latinos llega a obtener un grado
universitario, por debajo de la comunidad negra y desde luego, muy por debajo
de la comunidad blanca. Sin un título universitario no se puede escalar a
posiciones de poder en la arena política y económica y, por lo tanto, no se
ocupa funciones desde las cuales se toman las decisiones que nos puedan
beneficiar. Desde luego, esta es una solución a largo plazo, pero hay que darle
la importancia que tiene desde ya. No podemos influir en las políticas de este
país desde un McDonald, limpiando oficinas o clavando madera. Hay que ir más
arriba.
Las
posibilidades de estudio en este país son infinitas. No van a llegar a la casa,
hay que salir a buscarlas. No se necesita tener dinero, sino indagar dónde se
encuentran las instituciones que pueden ayudar ya sea con préstamos o con
becas. Me invitó anoche la familia Amado, mejicana, a celebrar la graduación de
su hija Kimberly. Los Amado son relativamente pobres, no poseen los medios para
poner a sus hijas en la universidad, pero Kimberly se preocupó de encontrar el
apoyo necesario y ahora quiere continuar con la maestría y posteriormente con
el doctorado. Desde luego, Kimberly pudo quedarse en un restaurante cocinando
comida mejicana, no lo hizo, aspiró a más y lo ha logrado.
El día
que tengamos una población educada, informada, consciente y segura de si misma,
ese día no vamos a pedir que se nos acepte como legales, como ciudadanos; lo
vamos a lograr, porque vamos a tener en nuestras manos el instrumento de poder,
los estudios. Desde luego, con una visión, crearse el sitio desde donde se crea
poder para lograr los objetivos soñados.
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